viernes, diciembre 23, 2005

Como cada navidad

"Cuando pongan el pino de navidad y yo ya no esté, espero que se acuerden de mi" nos dijo mi padre con los ojos enrojecidos a Tony y a mi, mientras veíamos juntos el pino sin saber que sería la última navidad que disfrutaríamos juntos.

Y cada vez que pongo el pino lo recuerdo lleno de vida. Juntos comprando en el mesón estrella todo para hacer la cena, metiendo sus manos en la ensalada de manzana para revolverla y darle el toque. "Prueba Claudia y dime si sabe rica" y con los ojos cerrados recuerdo el sabor exacto de su ensalada. Preparando el puré hasta que quede suave, inyectando el pavo, bañando la pierna en vino blanco cada media hora y mechando cada centímetro cuadrado, cortando las fresaspara ponerlas en crema, limpiando vegetales para ponerlos al vapor. El olor de esa cocina es el mismo que el de la mía en la misma fecha.

Cada año hago la cena con sus recetas: un pavo relleno, una pierna mechada, un puré de papa y por primera vez este año prepararé la tradicional ensalada de manzana que mi bisuabuela preparaba para ellos.

Para mi, las navidades siguen siendo mágicas: con el recuerdo de mi padre en un pino encendido, con la pierna y el pavo con la receta de mi padre y que él aprendio de su madre, con la ensalada de manzana de mi abuela y sus tradiciones gringas. Con el espaguetti que mi abuela materna prepara cada vez que cumple años.

Así cada navidad sirvo en mi mesa los platillos tradicionales de mi familia y ahora sueño con que en mi hogar se respire el mismo espíritu que me invadía de niña. Solo por una navidad me gustaría volver a la infancia, solo para abrazar a todos y decirles lo mucho que los amo.