sábado, mayo 21, 2011

Para Tony en su cumpleaños.

Eres el más chiquito de los hermanos. El más chiquito de la casa. Tu nombre lo llevó nuestro abuelo paterno. Tu sobrenombre Tony, lo llevó nuestro bisabuelo del lado García.
Esto de cargar con los nombres de los ancestros, si te lo piensas bien, también es divertido, porque tienes de los dos: por un lado eres travieso y trabajador como Antonio y por el otro eres muy inteligente, como Tony. Les heredas a los dos y los honras.
Esa vena médica que le heredaste a papá es francamente envidiable. No solo por tu habilidad, sino porque además llevas el apellido preciso para honrar la memoria de papá.
Mi Tony, mi hermano, papá estaría muy orgulloso de verte hoy convertido en todo un hombrecito, que además cursa la misma carrera.
Como hermana, no solo estoy orgullosa de tus logros, me sumo a tu corazón y te digo, que aunque el camino parece arduo, y la carrera no es fácil, piensa siempre que con lo que estudias podrás salvar vidas. Que la vida es el más grande tesoro del hombre y que serás bienaventurado por tu dedicación.
Te abrazo fuerte y te deseo, como siempre, éxito, salud y larga, muy larga y sana vida.

miércoles, mayo 18, 2011

Sobre Los Ingrávidos

Leo Los Ingrávidos. Es un libro que escribió Valeria Luiselli. Lo editó deliciosamente sextopiso. Hacía mucho que no tenía tiempo de leer algo así, inesperado, recomendado y que empecé, con cierto recelo, en la segunda página se me quitó.
La lectura me va llevando a buen puerto. Intercala dos historias, dos tiempos.
La primera pareciera esa vida anodina de toda mujer:el hogar, los hijos.
La segunda es su vida de soltera, como editora en Nueva York.
Y pienso ¿cómo es que disfruto tanto el librito?¿Será porque soy esas dos voces?, pero sobre todo esa mujer anodina, que solo es independiente mientras se sienta a editar. O será que quiero ser esas dos porque se lo que se siente ser, y luego renunciar a ser, porque se atraviesa la maternidad. Luego remontar, regresar al trabajo, a la presión. Ahora al estudio.
Y me repregunto, ¿seré ella, en esas dos voces? posiblemente, aunque no me suba al metro, ni me persiga el fantasma de Owen. Llevo un tercio, y quiero avanzar sin que se acabe.
Hoy, camino al coche, pensaba, ¿cómo es que se le ocurrió el nombre de Los ingávidos?
Será porque me va contando sus amoríos, ¿será porque esos personajes masculinos, no se embarazan ni en su novela, ni en mi realidad?
Y me acordaba del estado de gravidez, de la ingravidez y de todos esos términos que solo refieren a la condición femenina.
No importa, seguiré leyendo, léanlo, se antoja un estilo narrativo fresco, como si fuera de temporada. Esta chica que cuenta poco, como en dosis de enfermo terminal, que juega con las palabras, a recomponerlas, a descomponerlas, crea mundos, palabras, nombres y hombres que pareciera que están ahí frente a nosotros. Para cuando reparas, te ha contado mucho, pero ese ritmo, esa cadencia narrativa, sumerjen en la lectura. Y yo gozo ser lectora.
Se antoja, para pasar las tardes así, tirada en el sillón, metiéndome a vivir sus vidas. Dejando mi vida de lado, que a ratos, me parece que cuenta parte de mi historia.

domingo, mayo 08, 2011

Mami : : Mami

En esas cuatro letras me reencuentro. En esas cuatro letras fundo mi corazón y mi amor diario. Esa palabra bisílaba y débil me da fuerza para soportarlo todo. Para cargar con todo. Para hacer a un lado todo y seguir mi camino.
Esas cuatro letras me hacen la mujer que soy, y la que debo ser. Me recuerdan que tengo una obligación. Esa justa palabrita, la que tanto me dolía no poder pronuniciar de niña, me ha rescatado, incluso de mi misma.
Tengo el privilegio de ser madre. Han sido concebidos en mi vientre, los padecí en mi cuerpo. Me robaron todo: mi figura, mi energía, mi estómago. Los amaba desde antes de conocerlos. Nos unía el ombligo y el latido de nuestros corazones.
Ellos no saben, nunca sabrán, que siempre quiero que mayo pase rápido, porque me duele no tener a madre para verle envejecer, para cargarla, para acompañarla, para reirnos juntas, para acudir a su consejo, o para cerrar sus ojos, para ir a la playa juntas. La acompañé, estoy segura, hasta el último latido de su corazón. Hasta su último aliento. Todo me remite a ella. De ella vengo y a ella me debo. De ella soy. Ella es de mí, y mía. Llevo su sangre, su apellido y su sonrisa, su altura, su cabello negro, lacio y largo, facciones de mi rostro, rasgos de mi cuerpo.
Mami linda, querida, tu que colgaste tu título de dentista para atenderme, mimarme amarme el corto tiempo que la vida nos dejó, te digo ahora, que soy madre, que te amo, que te llevo, que en tí soy, que de ti vengo. Soy tu. Tu mía. Yo tuya.
Mami, te quiero siempre.