jueves, abril 10, 2014

Para Laura en su cumpleaños



Un día, mi hermana decidió ya no serlo. Se fue lejos, no la juzgo. En mi corazón solo queda espacio para amarla. Amo cada recuerdo que tiene que ver con ella y con su nombre, con sus rizos, con su hiperactividad, con su inteligencia, con sus ojos sorprendidos, con su cara siempre tierna. Con su doble pregunta, sobre todo la segunda, la que siempre guarda para sí.
Con Laura viví muchas cosas, entre ellas, aprendí a cuidarla, la vi caminar, la mecí en el columpio, pero lo más entrañable sin duda, fue pronunciar su nombre. Con Laura platiqué, y también lloré cuando tuvo que marcharse con su madre. Y hoy repito, solo queda espacio para amarla. Para abrazarme a su recuerdo con la esperanza de que un día quiera ser mi hermana de nuevo.
Me pregunto si ya es madre, si tiene hijos, si la aman, si está bien, si come, si duerme, si ríe, y también, si la cubre el mismo sol y la misma luna. Me pregunto qué ve con sus curiosos ojos, qué piensa, qué lee.
Hoy es su cumpleaños y le escribo para que sepa que no me gana su ausencia, que está siempre conmigo, pero sobre todo,  quiero que sepa que ser hermanas es un lazo fuerte, amoroso, indisoluble.
Laura de mi vida: Muy feliz cumpleaños. Te deseo un pastel lleno de velitas, las mañanitas, el abrazo, el beso y mi cariño, en una cajita, en una tarjeta de cumpleaños o en un globo de helio de tu color predilecto.
Mi hermana, mi niña hermosa. Te amo.