Este fin de cursos, Patricio recibió un diploma avalando la Best Conduct de su grupo. Le pregunté a la maestra que si estaba segura de su decisión y me dijo que él ayuda a los niños pequeños de su salón, que se porta muy bien y que es obediente.
Patricio se enfundó en un traje oscuro talla cuatro y aseguró su corbata negra con circulitos rojos.
Apenas recogió el diploma, bajó las escaleras y lo arrojó al suelo, nos explicó que eso era solo un papel y le explicamos lo importante que es ese papel para nosotros.
Así queda testimonio del primer momento de gloria de mi eterno bebé.
miércoles, julio 27, 2005
lunes, julio 25, 2005
Nubes a mis pies
El cielo está cubierto con nubes del color de la nostalgia, los recuerdos se agolpan en la mente.
Días como este le pegan fuerte a mi corazón, le juegan rudo a mi memoria. Hoy quiero evitar la tristeza, quiero evadirme de los recuerdos de esos treinta días grises con lluvia que anunciaban la muerte de mi padre.
Hoy cerraré los ojos, imaginaré que estoy en avión entrando a esa zona donde habitan los rayos del sol y las nubes quedarán a mis pies, volveré a sentirme esa niña de seis años volando con rumbo a Manzanillo, acompañada de toda la familia.
Hoy me inventaré un sol a la orilla de la playa y volveré a juntar dos grandes bolsas de conchitas pero esta vez, no las olvidaré en la habitación, esta vez será lo único que cargaré de regreso.
Días como este le pegan fuerte a mi corazón, le juegan rudo a mi memoria. Hoy quiero evitar la tristeza, quiero evadirme de los recuerdos de esos treinta días grises con lluvia que anunciaban la muerte de mi padre.
Hoy cerraré los ojos, imaginaré que estoy en avión entrando a esa zona donde habitan los rayos del sol y las nubes quedarán a mis pies, volveré a sentirme esa niña de seis años volando con rumbo a Manzanillo, acompañada de toda la familia.
Hoy me inventaré un sol a la orilla de la playa y volveré a juntar dos grandes bolsas de conchitas pero esta vez, no las olvidaré en la habitación, esta vez será lo único que cargaré de regreso.
domingo, julio 10, 2005
Alberto mi hermano, en su cumpleaños
Hoy Alberto cumple años. Hace cuatro años que no lo veo o lo abrazo, que no hablo con él.
Pero él sabe que lo amo y que espero que un día, de nueva cuenta, como hermanos que somos, volvamos a vernos y a querernos como siempre.
Alberto, el primero de mis hermanos varones, mi niño, el que cargué, que le preparé biberón, que le dí de comer, que lo acompañé a caminar, con el que jugamos futbol en el parque. Contigo me reí a carcajadas y aún te recuerdo jugando a los carritos en cualquier rincón de la casa.
Papá y yo esperábamos cada fin de semana para traerte a casa y abrazarte, besarte y verte sonreír. Hoy papá no te lo puede decir, pero yo te lo recuerdo en su nombre: fuiste la luz de sus ojos. Y de los míos.
Feliz cumpleaños.
Pero él sabe que lo amo y que espero que un día, de nueva cuenta, como hermanos que somos, volvamos a vernos y a querernos como siempre.
Alberto, el primero de mis hermanos varones, mi niño, el que cargué, que le preparé biberón, que le dí de comer, que lo acompañé a caminar, con el que jugamos futbol en el parque. Contigo me reí a carcajadas y aún te recuerdo jugando a los carritos en cualquier rincón de la casa.
Papá y yo esperábamos cada fin de semana para traerte a casa y abrazarte, besarte y verte sonreír. Hoy papá no te lo puede decir, pero yo te lo recuerdo en su nombre: fuiste la luz de sus ojos. Y de los míos.
Feliz cumpleaños.
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