El fútbol jamás me había apasionado. Sin embargo y ante la insistencia de mi adorable angelito lo inscribí en el club donde mis hermanos jugaron en su niñez.
Hace diez años mis hermanos entrenaban con Tomás en el equipo de los 4 años, ahora Tomás entrena a Patricio. Y ahí me siento a verlo, a conocerlo, aprendo de él.
Me ha sorprendido su felicidad y entusiasmo ante un deporte que él mismo desconocía, me siento feliz de llevarlo porque él brinca de felicidad cuando el balón atraviesa la portería. Es feliz corriendo tras un balón, y yo de verlo.
Llego, me siento a verlo y mis recuerdos se agolpan: mi padre gritándole a mis hermanos "dale, es tuya, agárrala, quítasela". Mariano mi hermano llorando para que le dieran en su camiseta el número 3. Todos en domingo nos levantábamos temparano para hecharles porras a Tony y a Mariano.
Y la vida sigue.
Don Miguel, el presidente del club, me ve llegar y se acerca y me conforta al oído: Patricio es fuerte como su abuelo, se para y camina como él, míralo abueleó. Y ahí me siento a palmear a mi hijo. Qué feliz soy mientras mis ojos corren tras el balón que Patricio impulsa con sus pies.
3 comentarios:
Mi madre, a instancia de mi tío y mi abuelo, me inscribió en un club como el de patricio, un día estaba viendome durante el entrenamiento y se dió cuenta que moientras los demás niños corrían tras el balón yo me quedaba sentado en una esquina del campo, acercando mi cara a centímetros del piso. Los otros jugaban, yo veía las hormigas con la misma atención con la que leía "El corsario negro" o "Zandokan".
Ojalá Patricio encuentre lo mejor de los dos mundos.
Claudia, que descubrimiento feliz el de Patricio y el tuyo. Creo que el futbol también anima lo mejor del mundo aun y cuando sea criticado por tantos (en el fondo critican la enajenación como puede ser criticada la enajenación por cualquier arte o profesión, etc).
Tomale muchas fotos a Patricio que abueleó mientras patea la pelota.
Si Antonio, se la tomo y te lamando!
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