jueves, octubre 20, 2005

La escuela primaria, Bella Época

Hace diecinueve años, una noche de junio, en el patio de nuestra escuela primaria al ritmo de "New York, Ney York" nos graduábamos. Tendríamos entonces la edad que quizá hoy tenga alguno de los hijos de nosotros.

Esa noche no sabíamos si voveríamos a vernos o no. Lo que quedaba claro, cuando menos en ese momento era que estábamos profundamente emocionados de pasar a la secundaria y seguramente nuestros padres se sentían sumamente orgullosos de nosotros.

En estos años seguimos estudiando, casándonos, teniendo hijos o bien disfrutando de la soltería. Seguramente han pasado muchas otras cosas trsites que aquella noche jamás hubiésemos imaginado. La pérdida de alguno de nuestros padres o familiares cercanos seguramente ha minado nuestros ánimos en estos años.

Tenemos la intención de juntarnos en un mes y seguramente vemos una larga lista de nombres que no relacionamos con rostros y al revés, pero creo que en el fondo eso no es lo que importa, llegado el día, nos reencontraremos tratando de adivinar entre nosotros mismo quiénes somos y entonces caeremos en la importancia de la infancia, de haber escuchado música de Timbiriche durante el recreo y de haber participado juntos en innumerables festivales de asambleas y días de las madres.

Entonces nos abrazaremos, reiremos, lloraremos, pero lo más importante es que ese día, una parte de nosotros volverá a sentir el cobijo de la infancia y al día siguiente regresaremos aliviados a nuestra vida cotidiana.

Espero verlos pronto, espero encontrar y rescatar mis recuerdos, de esa, mi Bella Época.

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