Recuerdo a Mariana envuelta en un mameluco rojo, así vestía cuando llegó a casa por primera vez. Era una bebé blanquísima, de rizos negros y ojos pispiretos a la que su madre no dejaba de ver. Ya se chupaba el dedo.
Recuerdo a Mariana pasando de bebé a niña, sola, porque a su madre la vida no le alcanzó para verla crecer.
Recuerdo a Mariana sola, sentada en la banqueta de su salón a la hora del descanso, chupándose el dedo mientras todos morían a carcajadas.
Recuerdo a Mariana carcajeándose apenas salía de la escuela, mientras en el salón su maestra cuquita se preocupaba porque pensaba que ella no hablaba.
Recuerdo a Mariana en una foto donde sonreía y abrazaba a su padre el día de su graduación de primaria.
Recuerdo a Mariana brincándose la barda de la secundaria, para no caminar de más a la escuela.
Recuerdo a Mariana escapando de clase en la prepa,
Recuerdo a Mariana cocinando, qué delicia!!!.
Recuerdo a Mariana, feliz cargando en brazos a su primer sobrino: Patricio.
Recuerdo a Mariana con su fortaleza acompañando a mi padre a bienmorir.
Recuerdo a Mariana entrando a la escuela, luchando por una licenciatura que casi termina.
Recuerdo a Mariana, feliz, sonriente anteponiendo su fe en Dios ante todo y así espero verla siempre.
Hoy es tu cumpleaños, hoy piden tu mano, y no puedo más que decirte que estoy orgullosa de ti, que te amo incondicionalmente y que espero estar siempre cerca de ti, en cada paso de tu vida.
Te amo Mariana, hermana mía.
1 comentario:
Tengo entendido que Virginia Woolf empezó así... escribiendo en un blog. ¡Felicidades!
Te amo, D
Publicar un comentario