viernes, noviembre 25, 2005

Paseo de una noche por nuestra infancia

Una noche limpia y fresca ofreció un viaje prometedor hacia nuestra infancia. Solo por una noche, solo por unas horas, diecinueve años despúes de habernos despedido en el patio de nuestra escuela primaria.

Sesenta y uno se sumaron a la cita a la que habían prometido no faltar. Al cruzar la puerta invadía el temor a no reconocer y a no ser recordados, pero una vez que cada uno puso su nombre en el pecho, los abrazos llegaron, inundados de recuerdos.

Hablamos todos en todos los lenguajes posibles: en voz alta, en silencio, comiendo, bebiendo, abrazando, cantando. Dando cobijo al corazón que de niños cargamos.

El álbum, la comida, la bebida, la música y el karaoke, todo se dispuso para viajar de la mano al patio de la escuela y recordarnos con dos chongos a moños blancos y falda escocesa o de pantalón azul y camiseta blanca.

Todos recordamos a todos, abrazamos a todos y nos regalamos unas horas para decirnos los pendientes, para resolver el enigma de nuestras vidas, para encontrar que hay quienes se casaron con sus compañeros de salón y para recordarnos que la memoria de nuestra infancia sigue intacta: cuenta conmigo, dice Manuel Carranza y nos sumamos todos a su voz.

Llegó el marichi y todos se emocionaron, después la despedida junto a la pregunta ¿cuándo es la próxima? y ahí estaremos en verano del próximo año, a la vuelta de la esquina abrazando los recuerdos de la infancia, esta vez cumpliendo veinte años de haber salido del tibio cascarón de nuestra infancia.

domingo, noviembre 13, 2005

Después de ver Amélie

Esto es lo que me sucede al terminar de ver Amélie:

Quiero entrar al departamento del sr x y vestir las paredes de su cuarto de posters gays, poner la comida de su refrigerador en donde guarda los sartenes y al revés, poner en su regadera 70 kilos de apestosa basura, sustituir la ropa de su clóset por prendas de mujer, ponerle un directorio telefónico con puros nombres de hombre, poner explosivos dentro de sus cigarros, desconectarle su sistema de cable cada 5 minutos y organizar una fiesta sorpresa para que todos vean aquello justo en el momento que el entra al departamento. FIN !!!

Qué maravilla, compruebo que cada vez que veo esta película me devuelve el buen humor y las ganas de seguir viviendo.

sábado, noviembre 12, 2005

11 de noviembre

El once de noviembre de hace muchos años nació mi madre y la bautizaron como Esther Alicia. Su padre Roberto trabajó como oficinista del Imss y su madre Esther se dedicó al hogar. Tuvo dos hermanos Roberto Gerardo y José Luis ella fue la menor de los tres, cada uno con sus tres años de distancia.
Monis le llamaban a mi madre por obvias razones, desde pequeña vistió y se comportó como una princesita. Siempre limpia, perfectamente bien peinada y perfumada, con ropa fina y moderna.
Cursó el bachillerato en la prepa No. 1 y fua candidata a reina de la simpatía. Le faltaron escasos votos para ganar.
Se enamoró de mi padre mientras estudiaba odontología y mi padre medicina. Sus fotos de graduación y la de su boda salió publicada el mismo día en el periódico. Sus amigas la recuerdan siempre con cariño y no reparan en decir que era una mujer muy guapa y que amaba mucho a mi padre. No dudo ninguna de las dos cosas. Ella murió casi a la edad que tengo ahora.
Al paso de los años los recuerdos que de ella permanecen en mi memoria son escasos, cada día batallo más para escuchar alguna frase de ella, pero cada vez que percibo el aroma del chanel no. 5, su cabello largo y negro y su sonrisa aparecen en mi mente.
Ahora comprendo que soy totalmente distinta a ella y quizá estos últimos años me siento lejana y distante de su recuerdo pero tengo la seguridad de que si la vida le hubiera alcanzado todo, absolutamente todo hubiera sido diferente.
Hoy por la mañana me preguntaba dónde podría encontrar un recuerdo de mi madre y en ese momento veo a Patricio sonreír y encuentro en sus facciones las de mi madre y en su sonrisa la de ella.
Esta noche me descubro como siempre desde niña, escogiendo alguna estrella del cielo para pensar que es ella, que desde ahí me ve, me cuida y me abraza, y yo a ella.

Primer verso

Hoy Patricio le dictó a su padre su primer verso:
"Cárgame para ver a los pajaritos olvidados".
Noviembre 12

jueves, noviembre 03, 2005

Día de Muertos

Olor a fritangas, 25 mil personas en el mismo sitio caminando en todas las direcciones posibles, "25 pesos el ramo" es el grito que resuena en mis oídos, niños que se ofrecen para lavar tumbas, caos vehicular en la entrada al recinto, un sin fin de mariachis tocando al mismo tiempo sabe dios qué melodía, cantando todos al mismo tiempo, la gente riendo a carcajadas con su elote o chicharrón en la mano, las señoras presumiendo al primero que pasa las flores que le pusieron a su muerto.
Y mientras yo dejaba escapar una lagrimita por la rabia de tener que visitar a mis padres en lugar de ir con ellos al panteón donde descansan mis abuelos.