viernes, diciembre 31, 2010

La última noche del año

Solo celebraba la entrada del año cuando vivía en casa de mi padre. Entonces preparábamos alguna cena, compartíamos juntos y después barríamos y quemábamos las hojas de ese árbol que aún está a lado derecho de la casa.
Recuerdo que apenas entraba la noche nueva y salíamos a tronar cuetes. Mi padre se divertía prendiendo aquellos estruendosas palomas que metía dentro de tinas metálicas y que tras aquel ruido, desataban las alarmas de los carros de los vecinos.
Pasábamos días riendo de cómo aquellos vecinos nos veían con caras raras cuando pensaban que algo podía haber sucedido a sus flamantes carros.
Recuerdo que esas noches mi padre nos abrazaba fuertemente contra su pecho y pronunciaba sus buenos deseos. Sus ojos, siempre tristes, seguramente añorando abrazar a los hijos que tenía lejos, a los padres que ya no estaban, o recordando su niñez.
A su memoria y a mis hermanos les dedico este breve y amoroso texto para recordarlo con cariño.
A mis hijos para que cuando crezcan sepan cómo eran estas noches con su abuelo.
Feliz año.

domingo, diciembre 26, 2010

Vacaciones

Siempre hago planes con mis vacaciones, para no sentir que pierdo el tiempo. Este año tengo una interminable lista de cosas: terminar un libro pendiente (no mío, claro); terminar el nuevo número (doble) de la revista que edito. Revisar pruebas de imprenta.
Leer tres libros que me tocarán el siguiente semestre en la clase de Hermenéutica,
terminar tres libros de Comte, uno de filosofía y trasculcar con minucia los tomos de mi nuevo diccionario filosófico que me regalo Daniel.
Leer mi regalo de navidad: Tierra, Tierra de Sándor Márai, mi autor favorito (me gusta la no ficción).
Las labores propias de mi casa se incluyen en la lista. Y claro, siempre habrá tiempo para ver House (temporadas atrasadas) y las películas que mis hijos me receten en estos días. Tendré tiempo para jugar con Patricio Super Mario Bros y demostrarle que tengo máster en ese juego, que lo entiendo todo y que podemos jugar juntos.Quiero elegir los mejores dibujos de Mauricio y hacerle un librito.
Quiero escribir mis recuerdos en mi blogg y ver de nuevo mis películas favoritas: París te amo, Amelie, y las nuevas películas que nos regalaron (AyO) esta navidad.Quiero ver la última temporada de Tudors.
Quiero sanar de esta gripe y dormir una semana completa.
Quiero cumplir años y quebrar piñata.
Quiero pasar el año nuevo en Bustamante y pasear con mis hijos a la orilla de su ojo de agua.
Quiero.

Navidad(es)

Navidad: cocinar en casa para mi familia. Recordar a mi padre en la cocina desde un día antes. Recordar el aroma de su pavo. Su rostro iluminado cuando abríamos sorprendidos nuestros regalos. Recordar la última muñeca que me trajo Santa Claus. Las posadas en casa de mi tía Andrea y acostar al niño el 24 por la noche, descubrir en su cuarto los regalos que nos dejaba el niño Jesús.
El nacimiento en casa de mi abuela Tutitos y mi bisuabuela inventando cosas para regalarnos. La comida del 25 en su casa, a donde llegábamos con los juguetes nuevos que compartíamos con los primos, aunque siempre termináramos jugando en el patio del kinder de mi abuela.
Crecer, ir a las bodas de los primos, ver a sus hijos, volver a casarse, vernos con cariño y recordar lo que nos une.

lunes, noviembre 15, 2010

Volver al futuro

Fuimos al cine con otros amigos a ver Volver al Futuro. Patricio, mi hijo lo primero que dijo fue que ver esa película era un robo. La habíamos visto tantas veces en tv que no podía comprender nuestro motivo de estar ahí.
Una experiencia muy divertida fue ver el estreno de una película que vimos por primera vez hace 25 años. Todos los aparatos que aparecían en película están ahora en desuso: el reloj, el despertador, los carros, el tipo de actuación. Además casi todos los asuntos se habrían podido resolver con una sencilla llamada a celular.
Por supuesto, los adultos gozamos el hecho, reímos a mares, y claro, las damas lamentamos el destino del cándido Michael J. Fox.
Sin embargo, no cabe duda, que reestrenar las películas de nuestra infancia es un buen motivo para reencontrarnos con lo que fuimos hace 25 años.
Vayan al cine, no se la pierdan, y claro, vayan con sus amigos de generación, es una experiencia maravillosa aunque todos sepamos el final.

sábado, noviembre 13, 2010

Visita a Javier Zarazúa

Hoy fui a ver a mi amigo escultor Javier Zarazúa. Lo conocí cuando empezaba la edición de lo que sería el catálogo de La Lagartera, la primera escultura monumental del artista mexicano Francisco Toledo. El pretexto esta vez fue llevarle ejemplares del catálogo de esa obra que preparó junto al mítico Oaxaqueño.
Desde entonces tendimos un puente de deliciosa empatía, y aunque nos vemos una vez al año, él sabe que gozo su presencia, su obra, su casa, su charla, sus perros.
Vive allá, en un lugar alto y lindo, donde tiene una vista de montañas increíbles.
Vi su obra, la que cocina ahora, después de una larga pausa en su obra personal. Prepara un mundo fascinante, mítico, maravilloso. Quizá lo que más me gusta en la obra de Javier es descubrir que siempre, tienen un mundo por explorar, nunca se repite.
Esta vez los materiales nos remiten a la naturaleza,las formas nos remiten a mundos tan puros, que solo de niños pudimos haber imaginado.
Esperamos que termine pronto, que nos desvele ese mundo maravilloso, que solo él es capaz de crear.
Un abrazo, con el deseo de que pronto podamos abrazar su obra.

Nueva Época

Esta mañana, después de muchos años sin hacerlo, al menos continuamente, pensaba en un buen motivo para continuar con este espacio que fue tan mío y que hoy me parece tan ajeno.
Hoy soy otra, hago otras cosas, otras distintas me ocupan. Quizá tengo menos tiempo. Pero en el fondo, queda algo de mi.
Desde una nueva ventana, desde un nuevo sol, desde una nueva piel, espero a tomar el mismo tren, en esa, la misma parada en la que pensaba que escribir saciaba el alma.
En este ejercicio de desnudez, donde nadie te conoce, nadie sabe quién eres y tu vida está ahí aguardando.
Como dice Ismael Serrano "una vida cargada de sueños".
Salud, por una nueva época, espero distinta y prolífica.
Espero interesante.

viernes, mayo 28, 2010

Paul Mac Cartney

Está en México, para dar un concierto. Lo escucho y pienso que mis padres cantaron con ellos, y se veían jovencitos como en los videos de youtube, entonces canto, como si cantaran ellos. Y en cierta forma pienso que es mejor que estén en el cielo para que no vean en lo que se ha convertido este país, esta ciudad, donde, de no ser por los conciertos, no hubiera notas positivas.

viernes, marzo 05, 2010

Viernes

Los viernes me duelen. Me recuerdan la niñez, era el único día de la semana que esperaba con ansia para ver a mis abuelos. El resto de la semana me dolía vivir.
Ahora solo los viernes me duelen, creo que es porque me recuerda que hubo un tiempo en el que no me preocupaba por lo que ahora.

Me duelen los viernes porque termino cansada de la semana y también porque me doy cuenta de lo rápido que se va el tiempo. Ese que a veces quiero que se detenga o se devuelva, que se congele como en los comerciales, o que me inunde de energía.

Me duelen los viernes porque me doy cuenta que toda la semana
lo ansío y luego, cuando llega la hora de estar en casa, estoy tan cansada, que no tengo ánimo de la mayoría de las cosas que planeo hacer ese día por la noche.

Me duele, en especial este viernes, seguramente porque estuvo nublando y frío, porque no hice ejercicio, porque pienso en el dolor que otra persona está pasando en este momento.

Me duelen los viernes porque compruebo que toda la semana hay malas noticias. Me agobia la ciudad, esta ciudad de preciosas e inmensas montañas.

Me duele este viernes porque me pregunto qué haré este fin de semana y no quiero oír lo que harán los demás: ir a visitar a sus padres, me duele, porque los nuestros ya no están.

Me duelen los viernes, son agobiantes, turbios, fríos y secos, lánguidos, huecos. Ya no son lo que amaba. Me duelen los viernes. Que alguien los borre del calendario.

jueves, enero 28, 2010

Recordatorio

Papá,

Te escribo un poco para recordarte que tu nieto hoy cumple 9 años. Recuerdas esa mañana tan fría? Bueno, el tiempo pasa. Cada vez me sorprendo repitiendo los mismos argumentos que me decías: cómo te fue en las calificaciones? Ese nueve, no pudo ser un diez? Te sacaste el segundo lugar, quién se sacó el primero?, No me importa lo que hagan los demás, tu vas a hacer lo que yo te diga porque si te lo digo es por algo. Y tantas otras.

Pero Patricio está muy bien, es muy inteligente y es un buen niño. Tiene grandes planes con su vida, a menudo me recuerda a mi, y yo trato de alentarlo como lo hacías conmigo. Recuerdas cuando Pato gateaba hacia ti? Si, ya se que lo que estás pensando, pero no te preocupes, claro que le he contado que cada día, desde que nació -sin faltar uno solo- ibas a verlo. Te recordamos a menudo. Ya pregunta por ti, que cómo eras, que qué hacías y siempre le cuento cosas lindas, para que sienta un poco menos su lejanía.

Lleva tu segundo nombre, si te acuerdas verdad? y también es su segundo nombre pero él lo usa un poco más que tu. La relación de Pato con su padre es muy linda, se quieren mucho y a menudo, mientras ven el fútbol, me remite a esos fines de semana en los que disfrutábamos tanto el fútbol americano, o los mundiales de soccer, o las series de béisbol.

Debieras aparecerte, porque te he soñado tanto. No entiendo porqué no hablamos claro antes de tu partida. Seguramente no tuve el valor de despedirme, tal vez hubiera bastado si te hubiera dicho lo que ahora: un día como hoy, estuvimos juntos por última vez en el gran acontecimiento de mi vida, fuiste el primero que conoció a mi nene, tu primer nieto.

Días, semanas, meses, años, casi una década y no pasa un día sin que te recuerde. Gracias por estar siempre, incluso ahora, conmigo.
Un fuerte muy fuerte abrazo.
Te quiero de aquí al cielito, de ida y vuelta, y de regreso. Te acuerdas que así nos decíamos?