miércoles, junio 01, 2011

¿Dónde me quedé?

Casi siempre me preguntan que si soy de aquí (Monterrey) eso me hace sospechar que soy una regia atípica. Tampoco me interesa mucho saber qué es lo que descubren en mí que les parezca raro. Entonces salgo al paso diciendo que de niña, viví en el DF.
Ahora está bien decirlo porque cualquier ciudad parece mejor para radicar.
El caso es que siempre he renegado de mi regiomontaneidad porque nunca (excepto cuando iba a EU) sentía que era de aquí.
Siento como si perteneciera más al sur que al norte o a cualquier sitio menos al que relamente nací. Nunca he soportado el clima, ni el culto a la fregonería, ni me identifico con algún sellito regiomontano.
Hace poco escuché y critiqué una charla de Norbert Bilbeny que versaba sobre el ciudadano cosmopolita. Particularmente en la expresión de que cualquiera se siente ciudadano de cualquier lado.
El caso es que hace unos días, pisé un suelo distinto, y si bien, no soy de ahí, ni tampoco lo comprendí todo, mi empatía me decía de aquí eres. Y de ahí soy. De esa otredad, tan distinta a la que mi cotidianidad permite, tan distinta a todo lo que ví y viví antes, y entonces, me inunda eso que Pessoa describía como saudade.
Ya no estoy ahí, ya no como lo que ahí, no camino por sus calles, ni visto como las mujeres de ese sitio, y de pronto siento que dejé mi corazón allá, mi sentido de la pertenencia en cualquier esquina.
En mi maleta llegó la ropa de manta, los chales y los collares, todo venía ahí, excepto mi corazón, ese se habrá quedado ahí, en cualquier plato de mole, en cualquier vasito del mezcal que bebí o se lo habrán llevado los pajaritos que me despertaban por las mañanas en ese lindo patiecito del hotel.
El caso es que me siento como un cascarón vacío. Y me pregunto, si eso del ciudadano cosmopilita y ese término de diaspora people aplica o replica en mi.

1 comentario:

RL dijo...

No soy de aquí
ni soy de allá


Estamos predestinados a no ser de ningun lado